El objetivo de la Unión Europea es reducir el consumo
energético en un 20% en 2020 .
La sociedad se enfrenta a un grave problema de dependencia y
sostenibilidad energética. Las autoridades son conscientes de ello y así, la
Unión Europea ha adoptado medidas de política energética y es conocido su
triple objetivo de alcanzar, para 2020:
* unos ahorros del 20% en consumo energético,
* que las energías renovables sean el 20% de la producción y
* que las emisiones de gases efecto invernadero se reduzcan en
un 20%.
El objetivo del 20% de ahorro de energía primaria en 2020
supone ahorros de 400 TWh/ año en aquella fecha, lo que supone un objetivo
ambicioso. Así, por ejemplo, el sector residencial en España tiene un potencial
teórico de ahorro por eficiencia energética de 24,6 TWh al año, un 15% de su
consumo.
La eficiencia energética se convierte en la mayor
"fuente de energía", mayor que el petróleo y que las energías
renovables y por tanto en la principal herramienta para cumplir estos objetivos
y se hace especialmente necesaria en España, país especialmente vulnerable por
su una gran dependencia energética (75%) y una alta intensidad energética (esto
es, el consumo de energía por unidad de PIB), a pesar de su mejora en los
últimos años.
En este sentido, las principales directrices de actuación
presentes y futuras son las que proponen las Directivas 2002/91/CE y
2010/31/EU, relativas a la eficiencia energética de los edificios y la
Directiva 2006/32/CE, sobre la eficiencia del uso final de la energía y los
servicios energéticos. Enlaces externos de interés:
* Directiva 2010/31/UE del Parlamento Europeo y del Consejo
de 19 de mayo de 2010 relativa a la eficiencia energética de los edificios
* Directiva 2002/91/CE, relativa a la eficiencia energética
de los edificios.
* Directiva 2006/32/CE, sobre la eficiencia del uso final de
la energía y los servicios energéticos.
Aunque la UE avanza a buen ritmo en sus objetivos de
reducción de emisiones y fuentes renovables, no puede decirse lo mismo de la
reducción del consumo de energía. Si no se pone remedio, la Unión solo
conseguirá la mitad de las reducciones previstas. Por eso, para recuperar el
terreno perdido, la Comisión propone diversas medidas obligatorias de
eficiencia energética.
La propuesta prevé que todos los Estados miembros
establezcan planes de ahorro energético. Además, los proveedores de energía
tendrían que animar a sus clientes a mejorar su eficiencia energética, a fin de
obtener una reducción del volumen de ventas del 1,5% anual.
Por ejemplo, para aumentar la eficiencia de la calefacción
de las viviendas podrían ayudar a los propietarios a instalar dobles ventanas o
mejorar el aislamiento de los tejados. Para obtener resultados similares, las
administraciones podrían proponer medios alternativos, como programas de
financiación o acuerdos voluntarios con los proveedores.
Además, la Comisión prevé que:
Las administraciones reduzcan el consumo de energía mediante
la renovación de al menos el 3% de los edificios públicos cada año y
establezcan un requisito de eficiencia energética en las adquisiciones de
bienes y servicios
Los consumidores tengan un acceso amplio y gratuito a la
información sobre el propio consumo de energía, con el fin de mejorar su
gestión
Las grandes empresas se sometan a auditorías energéticas a
fin de establecer medidas de reducción del consumo (las pequeñas empresas
recibirían incentivos para actuar de igual modo)
Los reguladores nacionales tengan en cuenta la eficiencia
energética, en particular a la hora de aprobar las tarifas de acceso a las
redes.
Los gobiernos también estarían obligados a supervisar la
eficiencia de las nuevas centrales eléctricas y a fomentar la recuperación del
calor residual.
Los gobiernos de la UE habrán de aprobar estas medidas, que
forman parte de un planteamiento a largo plazo para crear una economía europea
baja en carbono que siga siendo competitiva. En 2014 la Comisión volverá a
evaluar los avances de la UE hacia el objetivo de reducir el consumo de energía
en un 20% y, en caso necesario, hará una nueva propuesta que fije objetivos
obligatorios por países.
En España está definida y en vigor la Estrategia de Ahorro y
Eficiencia Energética para el período 2004-2012, con un primer Plan de Acción
2005-2007 y el posterior Plan de Acción (PAE4+) 2008-2012 que incluye un Plan
de Activación 2009-2011 en el que la principal medida es el Impulso de las
Empresas de Servicios Energéticos (ESEs).
Así mismo, en julio de 2011 ha sido aprobado el nuevo Plan
2011 – 2020 con el que se pretende dar continuidad a los excelentes resultados
conseguidos en los últimos años en el capítulo del ahorro y de la eficiencia
energética, que se pueden resumir en que España se ha adelantado en 6 años a
las propias metas de la Unión Europea, puesto que ha anticipado a 2010 el
cumplimiento del objetivo del 9% de ahorro de energía primaria sobre 2007
marcado por la Directiva europea para el año 2016.
Los ahorros alcanzados en el periodo 2004-2010 se acercan a
los 450 millones de barriles de petróleo, cantidad equivalente al 62% del
consumo energético final de España en 2010. Respecto al capítulo
medioambiental, en el mismo período se ha evitado la emisión de 266 millones de
toneladas de CO2, cantidad que corresponde al 20% de las emisiones totales de
España en 2009.
Los indicadores de intensidad final y primaria muestran
también unos resultados muy positivos, puesto que se ha logrado una reducción
superior a la establecida como objetivo por los planes anteriores: el indicador
de intensidad final se ha reducido de media un 1,9% anual entre 2004 y 2010; y
el de intensidad primaria lo ha hecho en un 2,5% anual, frente al 1% y al 1,8%,
respectivamente, fijados como objetivo
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