lunes, 20 de agosto de 2012

Eficiencia energética 2012-2020


Aunque el Código Técnico de la Edificación prescribe la instalación de una cantidad mínima de fotovoltaica en determinados edificios con un alto consumo energético tanto en nueva construcción como en rehabilitación, todavía no se ha entendido las ventajas reales de producir la empresa su propia energía.

Al precio actual de la energía, el producir con la tecnología fotovoltaica es altamente rentable, ya que la instalación es desgravable como inversión en inmovilizado y su amortización a 10 años por ejemplo hacen que se recupere la inversión en tan sólo 5 años, cuando su vida útil se prolonga hasta los 35 – 40 años.
La fotovoltaica es la tecnología que mejor se adapta a la autogeneración en ciudades y centros empresariales, porque es integrable en cualquier superficie, tanto inclinada como plana, no produce ruidos, ayuda en algunos casos a atenuar el nivel térmico interior del edificio y consigue generar energía gratis, una vez amortizada la instalación, la empresa, no sólo consigue la independencia energética mediante la autogeneración, sino que además se libera de las constantes subidas que se producen y producirán en el futuro.
Europa, que ha sido capaz de vislumbrar esa pérdida de competitividad de un tejido industrial a través de la ineficiencia o de una alta dependencia energética, ha sido capaz de legislar medidas para poner coto al despilfarro energético.
Tenemos las normas EU relativas a Eficiencia Energética 2002/91/CE, que se ve reflejada en el Código Técnico de la Edificación y en la Norma de Eficiencia Energética Aenor ISO 50001, pero también nos exige una consecución de objetivos a través de la norma EU 2010/31/CE relativa a los edificios de Emisiones Neutras o CO²=0.
¿Qué significa esto? Pues que en un plazo relativamente corto, hasta el 2018 todos los Edificios Públicos ya sean en propiedad o en Alquiler, deberán de ser de emisiones neutras. ¿Cómo lo piensan conseguir? Pues realizando en primera instancia unos programas de Eficiencia Energética. En primera instancia, deberán hacer una Auditoría Energética, para detectar sus consumos y dónde pueden ahorrar. En segunda instancia elegir el medio por el que piensan autogenerar su propia energía. Y en el 2020 el resto de los edificios, o sea oficinas, naves industriales, centros de negocio, centros comerciales, supermercados, hoteles, residencias de ancianos y un sinfín más.
En las últimas semanas hemos visto un chorreo de planes energéticos desarrollados tanto a nivel de Comunidades Autónomas, como a nivel de Ayuntamientos. Desde la sustitución de las bombillas de la iluminación de las calles por las de LED o incluso hasta las farolas fotovoltaicas, que producirían electricidad reduciendo la factura eléctrica del Ayuntamiento a cero hasta la realización de pactos de los Ayuntamientos para acordar planes de acción comunes.
Ya en el Código Técnico de la Edificación (2008), se habla de la obligatoriedad de emitir un Certificado Energético por parte del constructor al comprador de una propiedad (sea vivienda, oficina, etc). Sin embargo, sólo hace dos meses, el actual Gobierno lo ha remitido a la CNE para que evalúe su viabilidad y aún queda que se regulen los parámetros por los que se van a medir este certificado.
Potencial tenemos, competitivos somos, áreas de actuación hay, lo que necesitamos son buenos gestores y que la legislación nos acompañe. Esto contribuye a que el país pueda cumplir los objetivos energéticos que le han sido impuestos, con el medio ambiente, hace al sector productivo más competitivo y potenciaría nuevos sectores productivos, se generaría más economía y se recaudarían más impuestos. ¿Se puede ser más eficiente?


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